martes, 22 de enero de 2013

De indias a princesas y de princesas a calabazas: El primer año de adaptación de las mujeres mexicanas en Europa.

El proceso de adaptación a otro país es un tiempo en que las mujeres mexicanas nos preguntamos si estamos locas y si solo nosotras somos tan inadaptadas que nos sentimos tan mal y tan confundidas... Una amiga me dijo un día ¨Deberías escribir todo lo que me cuentas sobre tu experiencia en Holanda, podría ser de ayuda para quienes acaban de llegar o piensan venir¨... Y ahora, a un año de haber inmigrado, me doy cuenta de que es verdad, conocer otras historias puede marcar la diferencia entre autodiagnosticarte locura y adaptarte.
En Holanda me llamó la atención la forma en que los mexicanos manejan este difícil proceso y cómo sin darse cuenta, se dan a la tarea de crear su propia terapia ocupacional. Aclaro para quienes nunca hayan inmigrado con intenciones de pasar el resto de sus vidas en el nuevo país: no-es-fácil.... tampoco imposible, simplemente es un proceso. Cada experiencia es diferente de acuerdo a la persona, su motivo y duración de inmigración y su siutación en el nuevo país, sin embargo, en una mayoría de casos detecté en las mujeres sentimientos en común, y lo voy a ejemplificar con un par de blogs que con diferentes palabras proyectan un mismo sentir.

ADVIERTOOOO y retiero que hablaré aquí del caso particular de las mujeres que inmigran por amor. Cada caso es diferente: Los estudiantes, las que inmigran por amor, los que inmigran por oportunidades laborales, los ilegales, etc., todos ellos tienen situaciones diferentes, contextos diferentes, objetivos y motivos di-fe-ren-tes, y aun más, cada persona es un mundo y carga una historia de vida diferente, que al final influirá en la forma en que se adapta a nuevas circunstancias. Sin embargo hay siempre reacciones en común, y los dos casos siguientes, son protagonizados por mujeres mexicanas, que inmigraron por amor, una llegó a ciudad y otra a villa... interesante la forma en que canalizaron sus experiencias, de una manera productiva, creativa y divertida:
El primero fue una página que encontré al poco tiempo de haber inmigrado, y que me resultó en toda una catarsis de risa e identificación, me refiero a la página de Andrea Viveros: ¨Cultura Holandesa¨ ( http://www.culturaholandesa.com ).
En su página encontré un extracto de su libro ¨Adiós Tercer Mundo: El precio por enamorarse de un príncipe azul del primer mundo¨, donde cuenta a manera de parodia el proceso de inmigración de las mujeres mexicanas/latinas en Holanda... aquí el texto que llamó mi atención:
¨¡Por fin hemos llegado a la tierra prometida!!!. Cuantas cosas hermosas, todo tan limpio, tan ordenado, un aire fresco, muchas vaquitas, ovejas, todo lleno de un frondoso verde o blanco si llegas en invierno. Parece entonces un dibujo recién sacado de un folletito de LA ATALAYA (folleto de los Testigos de Jehová). La felicidad te embarga, ¡LO LOGRASTE!!! ¡ESTÁS EN EUROPA!!!. No te importa la lluvia o el frío inminente que te recibe porque tú solo quieres estar con tu Príncipe y aprovechar todo el tiempo que han estado separados. PUES APROVECHA ESTA ETAPA PORQUE NO VOLVERÁ NUNCA... ¡NUNCA MÁS!!!
¡Pero esto no es todo! Encontré además videos en donde Andrea interpretaba esas parodias, y no uno, ¡varios! ¿Por qué sueno emocionada? Jaja, se dibuja una sonrisa en mi casa y sale risilla de complicidad de mi boca jajaja ¿Por qué? Pues porque al ver los videos y leer este texto por fin pude reirme de todo lo que me estaba pasando. ¡Y hacía tanto que no reía así de mi misma! Al menos no reía así de mis propios problemas desde que había dejado mi país.
¿A dónde voy con todo esto? A hablar sobre cómo reaccionamos las mujeres mexicanas ante estos cambios y cómo lo expresamos.

 Cómo reaccionamos las mujeres mexicanas:

 Cada cabeza es un mundo, y a eso debemos sumarle que México es un país muy heterogéneo con diferentes clases soecioeconómicas y culturales, diversas etnias... perooooo, aún así, tenemos una idiosincracia en común. Se me ocurren de momento algunas cosas en común: la memoria colectiva, el contexto histórico en que crecimos, la gastronomía, espontaneidad, creatividad, poca rigidez...  Y lo menciono porque todo ese equipaje en común desaparece a nuestra llegada a este país...  Andrea Viveros lo define así:

Lo primero que comienza a transformarse aunque no lo creas eres TÚ y tu Príncipe te sigue muy de cerca. ¡SÍ!!!, cambias tu corona por un penacho, porque de ahora en adelante el resto de los mortales que te rodea solo te verán como una simple ¡INDIA DEL TERCER MUNDO!!! Y no te rías, ni tampoco te ofendas, porque es la cruda realidad. Pasarás a ser una especie de Pocahontas o Taraumara, y entonces tu Príncipe pasará a ser un John Smith o en el peor de los casos un Hernán Cortés.¨
Andrea lo hace de manera divertida, irónica, sarcástica, cómica que a mi en lo personal, me resultó toda una catarsis y terapia de risa que logró, en muchas carcajadas aligerar mi carga en poco tiempo.Y si, aprendí a verlo de manera cómica, ahora ya no me enojaba cada vez que me pasaba algo, ahora me reía, porque me había olvidado de eso: de reirme de lo que me pasaba, y es que la rigidez de un pueblo holandés estaba realmente asfixiandome. Si viven en una ciudad holandesa y les parece rígida, ¡que no se les ocurra ir a vivir a uno de sus pueblos!
En Holanda te encuentras con rutinas... si, muchas rutinas, horarios que aunque permiten una organización muy estructurada no dan lugar a la espontaneidad. Estoy de acuerdo con la puntualidad y la disciplina, pero también quiero tratar de entender el por qué de la mente tan cuadrada de los holandeses, y creo que precisamente el crecer con tantos esquemas les impide mucho pensar ¨out of the box¨... sin afán de criticar, solo de explicar.

Yo, repito: ¨Yo¨ me identifiqué mucho con los puntos  que expone Andrea, porque aunque le quitaran el lado cómico, son realidades con las que nos enfrentamos en nuestros primeros meses /años en Holanda... Y la llegada bueno... ¡es más o menos así!:

La mayoría de las mujeres mexicanas que conocí, me contaban su experiencia o me aconsejaban incluso sin que se los pidiera, lo cual agradezco muchísimo porque también pude confirmar que no estaba loca, sino atravesando por lo mismo que atravesaron ellas. Todas ellas son mujeres de diferentes edades, procedentes de distintos estado de  México, algunas eran ricas en México otras eran muy humildes... ellas, por separado, coincidían en los mismos puntos:
  •  Durante su primer año en Holanda, hicieron maletas y se salieron rumbo al aeropuerto, bajo la lluvia... su hombre las alcanzaba y las detenía... dejaron de hacerlo cuando se cansaron de acomodar la ropa en el closet.
  • Peleaban constantemente con su novio.
  • Desde que llegaron, los amigos y familia de su novio/esposo estaban al pendiente ¨jodiendo¨ (lo cito literalmente comome lo dijeron) tooodo el tiempo monitoreando cómo iba su aprendizaje del idioma holandés. Una chica me comentó ¨Una vez que empieces la escuela de holandés tooodos sus amigos y su familia te van a estar jodiendo ¡Jodiendo! Comienza su presión por todos lados monitoreando tus avances, y cuando falles te van a preguntar cuanto tiempo llevas estudiando holandés, insinuando que vas muy lento¨...
  • Se la pasaron llorando el primer año y sin amigos.
  • Piensan que los holandeses son unos tacaños.
  • El seguro médico es desesperante y siempre te recetan paracetamol... te puedes morir de cáncer antes de que te lo diagnostiquen ¡por lento!... (De hecho estando en Holanda me tocó que un vecino del pueblo recibiera los resultados médicos cuando le quedaba un mes de vida... y si, murió al mes...)
  • Recibían comentarios y preguntas estúpidas sobre México, como ¨¿tienen elevadores en México?¨.
  • La familia del novio/esposo les elaboraba la agenda, es decir, decidían por ellas qué hacer y cuándo, y se dirigían al novio para hablar sobre ella, enfrente de ella...
  • El novio/esposo no daba un paso sin primero consultarlo con su mamá.
  • La familia del novio/esposo no sale de su casa...
  •  Su holandés no quiere salir mucho.
  • Las fiestas parecen un funeral, son súper aburridas.
  • El novio se comporta diferente en Holanda que en Latinoamerica.
  • Lo más difícil es el primer año, o los dos primeros años, cuando mucho los 3 primeros años... después todo mejora.
  • Aunque pasen 15 años sigues en un proceso...
  • Nunca vas a estar completa, vas a vivir dividida, pero lo importante es que estés bien de tu mente, si estás bien mentalmente y positiva, todo puede funcionar.
  • A todo lo que quieres hacer te dicen ¨no¨ (para todo hay reglas y prohibiciones).
  • Todo el tiempo comes pan... siempre hay papas en la comida...  no se comen ricos guisados como en México y además: terminas engordando... si, con tanto pan, papa y queso.
  • Una frase inevitable es ¨pan en la mañana, pan en la tarde, pan en la noche¨...
  • Lo más difícil es la dependencia, ya que es difícil encontrar trabajo.
  • Tus titulos universitarios o de maestría o doctorado, aquí no sirven, debes comenzar desde abajo...

Estos son solo algunos puntos en común que mexicanas en Holanda me compartieron, tanto en reuniones como en blogs, foros y en mis chats con mexicanas que iba contactando vía Facebook. Mucho de esto también lo ejemplifica Andrea en su libro, su página y sus videos, y también pueden conocer el punto de vista de los holandeses, ya que su esposo participa en algunos videos y tiene su espacio en FB llamado ¨Confesiones de un príncipe holandés¨.
Otro aspecto del que se quejan las mexicanas es de lo servicios, ya que México es un país del tercer mundo pero con los servicios que el primer mundo debería tener:



Y no puedo dejar de comentar la polémica acerca de aquellas mexicanas que se quieren sentir europeas y hasta el idioma se les olvida... Andrea divide a las mexicanas en malinches y Pocahontas... Aquí una parodia acerca de la mexicana poseída por el espíritu del enblanquecimiento (la malinchista que empieza a mutar transformándose en una falsa güera holandesa):



Otro blog que me llamó la atención, lo conocí precisamente hoy, se llama ¨Sobre vivir en Holanda¨ ( http://sobrevivirenholanda.blogspot.mx )  y es escrito también por una mexicana que inmigró por su pareja; ella ejemplifica también de manera muy cómicay hasta con cierta ironía la realidad tras el cuento de hadas d la mujer que inmigra a Holanda por amor:

La situación... Y aquí, como dirían en mi rancho, es donde la puerca tuerce el rabo (dígase, donde comienza el problema), vienes con ideas no muy claras de cómo es acá. Te dicen (y has visto o leído en las noticias y programas de tv) que esto es primer mundo y que la situación económica (con todo y crisis) es mucho mejor... Hay trabajo, hay dinero, hay oportunidades... Y como diría Tintán... Puras cábulas!
Hay dinero? Hay trabajo? Si, claro, pero lo que no te dicen es que hay que aprender un idioma que bien parece haber sido inventado en el libro de Alicia en el país de las Maravillas (¿Acaso por el mismísimo sombrerero loco???) y que tu título es visto como los billetes de juego de Turista Nacional (recuerdan que decía páguese tantos conejos en el banco de la Alegría??? Pues igual)... Inservible.




 Y algo que digno de destacar, es su percepción de la mujer mexicana en su primer año, ya que es algo que también me comentaron y observé en las personas que conocí... he aquí los hechos, bajo la lupa de Alba Salgado, acerca de la mujer profesionista mexicana que llega a Holanda, no encuentra trabajo y comienza -porque no le queda opción- el rol de ama de casa:
...vas a ser seducida por el lado obscuro de la pereza y la costumbre de algunas holandesa en la que las mujeres no usan maquillaje, mientras cortan su cabello a la mínima expresión, buscando ahorrar tiempo y dinero en su "arreglo" personal (entre otras tantas razones). Así, si te unes al lado obscuro de quienes quieren andar "cómodas", comenzarás a NO maquillarte, NO ponerte la ropa bonita que trajiste de tu país (en parte porque ya NO entras en ella, como pago a las cenas tan pesadas y los montones de papas que ya te comiste). Las cejas comenzarán a emular las Frida Kahlo y tu vestuario, de Eva Longoria en "Desperate House Wifes", se convertirá en ... La chimoltrufia.
ANTES Cuando estabas en México

DESPUÉS: Ya viviendo en Holanda




 La transición de México a Holanda es muy impactante, ya que es una cultura muuuuuy diferente, y es que, literalmente el cerebro cambia la estructura de su funcionamiento ante una vivencia que implica un cambio extremo y radical de estilo de vida.
Me tocó conocer algunas mexicanas y latinas que no eran felices perono se atrevían a regresar a su país... las razones eran diversas, y entre las más comúnes encontré:
  • Ya tienen un hijo... y el hijo necesita a su padre o el padre no está dispuesto a dejarla llevarse al hijo con ella.
  •  Les avergüenza regresar a su país y ser vistas como fracasadas (esto jamás debería detenerlas).
  • Miedo a comenzar de nuevo (¿entonces prefieren ser infelices toda la vida que enfrentar un cambio?)
 Pero no todo es malo, hay también historias felices, en palabras de la autora de ¨Sobre vivir en Holanda¨ quien aclara al final de su artículo:
Con el tiempo (y mucho trabajo y mucho estudio del idioma), las cosas irán cambiando, porque como dije, los efectos en caso de tenerse, NO SON PERMANENTES. No porque no te quede de otra, sino porque aquí es donde se muestra la casta de verdadera REINA (y no princesita de cuento). El lenguaje se irá comprendiendo, las amistades se irán haciendo y acaso se encontrará un empleo (en caso de desearse, se puede). Mi visión fue cambiando poco a poco no sólo para comprender que iniciar una vida en Holanda es algo más difícil de lo que pensé (pero jamás imposible si se trabaja en ello), que ser ama de casa NO es un INSULTO, como tampoco NO debería serlo o tan siquiera ser visto como algo menos valioso. Se está en casa como una decisión de AMOR: Amor a tu pareja, amor a lo que haces, amor a este nuevo país que te abrió sus puertas y ofrece nuevos retos.
A través de FB conocí a una mexicana que después de  10 años está feliz (también pasó terriblemente el primer año), tiene su circulo social, 2 hijos, viaja frecuentemente a México, tiene un negocio de comida mexicana y su marido holandés la apoya mucho en sus proyectos. No pude conocerla a fondo, pero la única ocasión en que la vi en persona, proyectaba verdadera alegría.
 La primera fase del proceso de inmigración es difícil, pero no dura toda la vida, las cosas cambian, todo siempre evoluciona, pero la mujer mexicana debe estar consciente de qué es lo que quiere, y de que siempre tiene la opción de rectificar si su presente en el nuevo territorio no la hace feliz.

Mis respetos a estas chicas que cito líneas arriba, por su dedicación y su forma de canalizar sus emociones, nos resultaron inspiración y motivación a muchas recién llegadas.
El proceso de adaptacion ha catapultado la creatividad de muchos mexicanos, quienes sin darse cuenta, comienzan a desarrollar terapias ocupacionales que los han llevado a escribir libros, blogs, grabar videos, programas de radio, abrir restaurantes y organizar eventos de emprendedores, como el caso de las dos mexicanas que cito en el artículo. Este tipo de cosas las creí y sigo creyendo como dignas de resaltar, ¿por qué no?
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¡Buena vibra!
 *** Los videos y textos aquí presentados pertenecen a la página de Andrea Viveros (www.culturaholandesa.com) y a su libro ¨Adiós Tercer Mundo¨.

*** Los textos comentados del blog ¨Sobre vivir en Holanda¨ pertenecen a Alba Salgado y se encuentra en http://sobrevivirenholanda.blogspot.mx